Desde el principio de la historia del ser humano, los cazadores antiguos ya realizaban cacerias del jabalí entre otros animales salvajes.La caza es la relación de animales con humanos más antigua que se conoce.
La caza del jabalí se considera un deporte de caza
mayor , y actualmente con perros de caza se hacen batidas de jabalí para su
caceria y control cinegético de
población.
Los ataques de jabalíes salvajes ,
provocan daños en los cultivos de gravedad considerable y ocasionando perdidas
económicas cuantiosas para los agricultores.
El jabalí es un mamífero de tamaño
mediano provisto de una cabeza grande y alargada, en la que destacan unos ojos
muy pequeños. El cuello es grueso y las patas son muy cortas, el jabalí
compensa su mala vista con un importante desarrollo del olfato, que le permite
detectar alimento, o incluso enemigos a más de 100 metros de distancia.
Está considerada como una de las 100 de las especies exóticas invasoras
más dañinas del mundo por la Unión Internacional para la Conservación
de la Naturaleza.
Ademas es hospedador de diversas
enfermedades ,entre ellas la triquinosis. La cual es bastante conocida entre
los cazadores, que están muy concienciados en analizar la carne de jabalí.
La triquinosis , también llamada triquinelosis
o triquiniasis , es una enfermedad parasitaria causada por un nematodo
del género Trichinella ,que se adquiere al consumir carne con larvas del
parásito. Presenta síntomas gastrointestinales (diarrea), dolor muscular y
articular que puede llegar a ocasionar la muerte.
Desde la antigüedad la triquinosis ha sido
una enfermedad importante; en las sociedades más primitivas se podía considerar
una maldición, y algunas religiones llegaron a prohibir el consumo de carne de suidos por considerarla impura .
Evitar la compra clandestina y el consumo de
la carne de animales no inspeccionados por las autoridades veterinarias son de
gran importancia para prevenir la infección.
Las carnes de jabalí y de animales salvajes
deben cocinarse completamente , el centro de la pieza cocinada debe superar los
70ºc.
El congelamiento a temperaturas inferiores a
-18º C. durante 3 o 4 semanas mata el organismo enquistado, excepto las cepas
árticas de Trichinella nativa y de Trichinella britovi (esta
última endémica en España), muy resistentes a la congelación.
Tendremos en cuenta que los métodos como
ahumar, secar y salar la carne no son confiables para prevenir la zoonosis
parasitaria de triquinosis.
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